Los bebés de madres fumadoras tienen un riesgo dos veces mayor de fallecer por muerte súbita. Aunque dormir bocabajo es una de las causas principales, la exposición al humo del tabaco también juega un papel destacado a la hora de propiciar el fallecimiento, según apunta un nuevo trabajo.
Con el objetivo de disminuir este tipo de defunciones, EEUU lleva algún tiempo desarrollando una campaña denominada ‘De espaldas para dormir’ (‘Back to sleep’). Como su propio nombre indica, esta iniciativa trata de informar a los padres de la importancia de que sus hijos duerman boca arriba, en lugar de bocabajo o de lado.
Aprovechando los datos obtenidos por esta iniciativa, entre los años 1989 y 1998, los autores de la investigación evaluaron los factores que determinaron los distintos casos de muerte súbita que se dieron en ese periodo.
Los resultados, publicados en ‘BioMed Cetral’, reflejan la efectividad de la campaña a la hora de disminuir la tasa de mortalidad y muestran, por el contrario, la acción negativa del tabaco. «Según disminuyeron las tasas de muerte súbita, aumentó el riesgo atribuido al fumar», afirman los autores.
Relacionado con 101 muertes
Ellos mismos explican que de los 172 fallecimientos repentinos evaluados 101 guardaron relación con el consumo de tabaco por parte de las progenitoras. La cifra supone, por tanto, más de la mitad de las muertes infantiles por esta causa.
«Durante el último año de análisis demostramos un lazo de unión entre un 80% de los fallecimientos por muerte súbita y el hábito tabáquico de la madre», añaden los expertos de Colorado (EEUU).
Los autores también señalan la posibilidad de que algunas mujeres hayan mentido sobre el consumo de tabaco durante el embarazo, como ya ha ocurrido en otros estudios. Por esta razón, la presencia de cigarrillos y la exposición de los niños al humo podría ser incluso más acentuada.
«Estos resultados […] aportan otra clara llamada para evitar el inicio del consumo y eliminar este prevenible factor de riesgo de fallecimiento infantil y muerte súbita […] Los médicos podrían informar a las mujeres, que desean o planean quedarse embarazadas, de que si fuman su hijo tendrá una propensión significativamente mayor debido al consumo», subraya el documento.
Vía: elmundo.es